Fomento revisa los cuadros de velocidades y los trazados similares a la curva de Santiago

La ministra de Fomento, Ana Pastor, acudió este viernes a la Comisión de Fomento del Congreso, para informar sobre "medidas adicionales en materia de seguridad" tomadas tras el accidente registrado el pasado 24 de julio en Santiago de Compostela.

"Las víctimas tienen mi compromiso de que no descansaré hasta saber la verdad", comenzó la ministra. A continuación, anunció que el pasado 25 de julio, al día siguiente de la tragedia, encargó una auditoría interna de "todo" el sistema ferroviario español.

Esta investigación, en la que participan directamente el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) y la operadora de la red, Renfe, incluye una "revisión general de todos protocolos y cuadros de velocidades" en todas las vías españolas de tren pesado y la revisión de los tramos parecidos a la curva del accidente. También está siendo examinado el material rodante, es decir, los convoyes de pasajeros y las máquinas que los impulsan.

En un primer momento, la tesis del Ministerio de Fomento, Adif y Renfe fue que la infraestructura se encontraba en perfectas condiciones y que nada había fallado. La culpa, señalaron todos los actores, recaía exclusivamente en el maquinista, que entró en la curva de A Grandeira a más del doble de la velocidad permitida debido a un "despiste".

La teoría, sin embargo, ha ido evolucionando con el paso de los días. Este jueves, el presidente de Adif, Gonzaló Ferré, comenzó a apuntar al último Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero como responsable de haber modificado el proyecto inicial del AVE a Galicia y de haber cambiado el sistema de seguridad ERTMS —que habría evitado el accidente— por el Asfa, que es el que estaba en funcionamiento.

La máxima responsable de Fomento volvió a repetir ese argumento este viernes, pero dio un paso adelante al asegurar que se van a adoptar las medidas y recomendaciones "que se entiendan que pueden mejorar la seguridad". Para ello, y a la espera de la auditoría y del informe de la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios, anunció una quincena de "líneas de mejora".

La medida más importante es la revisión de todas las curvas o puntos de frenado similares al giro de A Grandeira, donde descarriló el Alvia 730. En concreto, se examinarán los "escalonamientos de velocidades" y "criterios de variación", es decir, los procedimientos de frenado en los que, como en la entrada de la estación de Santiago, los trenes deban pasar de velocidades de 200 km/h o más a 80 km/h, como era el caso. Asimismo, Pastor adelantó la posible implantación de balizas que obliguen a frenar al tren de forma automática y de carteles adicionales de aviso, además de estudiar un sistema de avisos de voz en cabina.

Fomento también analizará la transición entre el ERTMS y Asfa e invertirá fondos en el desarrollo del Asfa digital. Adif ha admitido que los sistemas dan problemas de compatibilidad en los trenes Alvia 730 como el accidentado. Como recordó la diputada del BNG Rosana Pérez, este es el motivo de que, a pesar de estar instalado hasta Santiago (aunque no en el tramo del accidente) el ERTMS no pueda usarse a partir de la estación de Olmedo.

Por último, el ministerio se plantea "revisar la normativa del uso de elementos de comunicaciones móviles para instalar un solo sistema único de manos libres". En su declaración judicial, el maquinista admitió que se distrajo y perdió la noción del punto en el que se encontraba, motivo por el que no frenó a tiempo. Justo antes del accidente, hablaba por su teléfono corporativo con el interventor del tren.

Ana Pastor añadió a estas propuestas otras relativas a la selección de los maquinistas y la mejora de su formación y la actualización del reglamento de circulación, además de otras relativas a la identificación de los pasajeros o la situación de los equipajes.

Por último, la ministra se comprometió a presentar al Parlamento las conclusiones del informe interno y de la comisión de accidentes en cuanto estas estén disponibles.

La oposición, principalmente el BNG y Izquierda Unida, volvió a plantear a la ministra las preguntas que el día anterior no habían querido responder los presidentes de Renfe y Adif, entre ellas, si no cree que nadie deba asumir responsabilidades por un accidente que se podía haber evitado si el sistema ERTMS hubiera estado en funcionamiento en ese tramo.